
Ibarra, cabecera cantonal de la provincia de Imbabura, considerada por los turistas como un sitio paisajístico para descansar, alberga en las entrañas de su historia, diversos relatos que se enmarcan en los ejes económicos, históricos y artísticos, que van más allá de lo que todos conocen. Escasos libros, historiadores y guardianes de la memoria, son quienes contemplan estas narrativas, que no han sido reveladas en su totalidad.
El Molino de la Compañía, herramienta que impulsó la economía local hace más de 400 años; La Virgen Brava de Santo Domingo, divinidad que supuestamente castigó a Ibarra con el Terremoto de 1868; y Rafael Troya, personaje ibarreño que renunció a ser cura para convertirse en el mejor pintor de los tiempos.

PRESENTACIÓN

Ibarra deslumbra con el estilo colonial de sus edificaciones. Cada rincón de La Ciudad Blanca, guarda en su interior recónditas historias que hoy te serán reveladas.